top of page

VETE

Ya ni sé cuando fue la última vez que me senté en frente de mi computadora para escribir algo. Me quiero convencer diciéndome que no escribía por falta de tiempo, o de temas, o por falta de inspiración. ¡Qué fácil es mentirnos y creernos nuestras mentiras, ¿no?! Una amiga me dijo que mi blog era mi herramienta para desahogarme, mi medio de escape, mi forma para descargar lo que me pasaba y justo ahora que todo esta bien - mejor - pues por eso la falta de regularidad. Y pues todo hace sentido y no, empecé ese blog en la pandemia, momento en el cual todos estábamos necesitados de hablar y de compartir; y ciertamente mis circunstancias ese año eran totalmente otras a las que hoy tengo. Y no, porque no he querido sacar las cosas que me han lastimado y/o que aún me lastiman, sobre todo porque no quiero lastimar a nadie. Así la verdad. Por eso, gracias 🙏🏽 por tu paciencia y por creer en mi, en mi escritura, en mi forma de pensar y sobre todo por dejarme contarte mi historia.


Hoy encontré mi inspiración gracias a una miniserie y me decidí a escribir. El capítulo que vi me ayudó a vencer el miedo de no decir lo que me pasa y escribir. Te aseguro, que aún cuando ahora estoy tecleando, el empezar me costó y mucho; y eso que este tema no tiene nada que ver con algunos sentimientos que traigo atorados. Hoy quiero contarte una verdad que no he contado nunca.


Pero volvamos a la miniserie, se llama “Tiny Beautiful Things”. Ojo, no la estoy recomendado, sólo la estoy citando porque fue la que hizo posible que hoy me sentara frente a mi laptop y empezara a teclear 😉. Entre muchas cosas, esta serie me recordó a mi mami y nuestra relación tan especial que teníamos. Ya hablaré de eso en otro post, lo prometo.


Hoy me voy a centrar específicamente en penúltimo episodio; me recordó el día de mi boda y de aquello que pasó por mi cabeza en el momento de llegar a la estética para arreglarme. Eso que mi voz interna me dijo y que escuché claramente y que decidí ignorar. Decidí dirigir mi atención a mi tía y su maquillaje y peinado. Me dejé llevar, por las risas, la felicidad de todas mis invitadas que estaban ahí, y decidí ignorarla. Hoy me pregunto, ¿si mi mamá hubiera estado ahí? ¿Lo habría compartido con ella? ¿Qué me hubiera dicho? Nunca tendré una respuesta a estas preguntas.


Sólo a una persona le he confiado lo que paso por mi mente en ese momento y bueno, hoy a tí que me lees. Te preguntarás qué fue lo qué vi en este capítulo y qué fue lo que me hizo recordar. Reviví lo que fue un breve instante de mi historia que pudo haber cambiado dramáticamente el curso de mi vida. Aún cuando los contextos y las historias son totalmente diferentes, a la protagonista y a mí nos pasó lo mismo el día de nuestra boda. Las dos oímos una voz, no fueron las mismas palabras, pero sí el mismo mensaje. Su voz le decía “vete”, la mía “no te cases”. Sus preocupaciones, muy parecidas a las mías: movilicé a toda esta gente y mis invitados ya esta aquí y esta todo listo. Y las dos, una en la ficción y otra en la realidad, oímos esa voz y no la escuchamos. Las dos nos casamos y las dos nos divorciamos. Me di cuenta que esto que me pasó a mí, quizás le ha pasado a muchas más personas.


¿Has escuchado tú esta voz? ¿Has hecho lo que te decía o decides también callarla? En mi caso fue tan fácil ignorarla y olvidarla y hoy después de 13 años la recuerdo y le doy su valor. Hoy me doy cuenta de lo importante que es esta voz y que nunca, nunca hay que callarla, que hay que escucharla y tomarla en cuenta, siempre. Si yo la hubiera escuchado ese diciembre no me habría casado. Pero me casé y fue parte del camino que elegí para mi aprendizaje y crecimiento personal, profesional y espiritual.


Esta hermosa voz que tantos de nosotros la silenciamos es, creo, nuestra intuición, esa conexión con el Todo que nos dice, nos grita, el para dónde. Pero por el gran regalo de poder decidir, por ese libre albedrío al que tenemos derecho, tomamos nosotros la decisión que mejor nos parece, y esta decisión se basa, generalmente, en el pensar de más, en el qué dirán, en los otros.


Y justo como Clare, en la serie, hoy te digo yo a tí, si escuchas esta voz, en verdad escúchala, hazle caso, no la ignores. Te prometo que sabe mucho más de lo que tú crees saber. Léelo otra vez, no la ignores. Y no te sientas presionado por lo que crees que es lo correcto, por los invitados que se quedarán si fiesta, por dos corazones que tarde o temprano terminarán rompiéndose; sólo escúchala y tómate el tiempo necesario para pensar en lo que te dice y al final, tomarás la mejor decisión, de acuerdo a tu momento, tiempo y espacio. Créeme, esa voz sabe mucho, mucho más que tú. Esa voz ve todo con mucha más claridad de la que tú puedas tener. Escúchale y si te dice vete, pues vete. Hoy me prometo no volver a callarla, a no ignorarla, a siempre tomarla en cuenta.


Y aunque el hubiera no existe y mi vida es hoy como es y justo como tiene que ser, esta pregunta la traje todo este día dándome vueltas en la cabeza, creando diferentes escenarios de qué seria yo hoy, si ese 19 de diciembre yo hubiera escuchado mi voz y no me hubiera casado.


¿Quieres adentrarte a mis pensamientos y viajar conmigo en esta aventura sin sentido del hubiera? 👇🏽


Si no me hubiera casado…

  • ¿Me hubiera casado después? 👉🏽 La verdad no lo creo. No se veía en mi futuro el estar casada. El amor se veía inalcanzable y difícil. Pero en caso de que esto sucediera, probablemente seria después de trabajar mucho en mí, sanar tantas heridas y encontrar desde otra posición a mi compañero de vida.

  • Si en efecto me hubiera casado con otra persona, ¿tendría hijos? 👉🏽 A veces pienso que sí, otras pienso que no. Aún cuando en algún momento de mi vida el tener hijos sí formaba parte de mi plan, el destino eligió diferente. Hoy no me puedo imaginar una vida con hijos, pero sí puedo estar segura, que de haberlos tenido, los hubiera amado incondicionalmente y pondría todo mi esfuerzo para dejar en este mundo buenos y decentes seres humanos.

  • ¿Me hubiera casado con él, me hubiera elegido a mí? 👉🏽 No, porque él te dejó ir mucho antes de tu boda y desde un principio nunca te eligió a ti. Quizás con la intención de hacerte crecer y trabajar en el amor propio, el destino los hubiera puesto de nuevo frente a frente y quizás volverías a entrar en su juego, pero al final te hubieras enterado de su boda, como lo hiciste, por Facebook. Déjalo ir ya y ni siquiera lo contemples en tus hubieras.

  • ¿Viviría en México? 👉🏽 No lo creo, mi plan era irme y sí me veia o en California o en Florida, definitivamente no en Europa.

  • ¿Habría sanado todo lo que he sanado? 👉🏽 Yo creo que sí, quizás de alguna otra manera. Siempre busqué ayuda para mejorar, ya sea con la religión, con la terapia, con los libros, con mis amigas. Siempre he buscado formas de sanar y salir adelante. Definitivamente aquí me respondo con un claro sí.

  • ¿Me hubiera interesado por el Ayurveda y por el Yoga? 👉🏽 Pregunta difícil, no lo sé, quizás. Sinceramente creo que estando en México me hubiera sido muy difícil, pero no imposible. Pero seguramente hubiera encontrado otras terapias, otras formas de cuidarme.


Y así, mi conversación interna puede tardar horas y horas, las cuales, te prometo, no te voy a quitar. Sólo te comparto, para terminar, que me gusta creerme la película del “y vivieron felices para toda la vida”, o sea que si no me hubiera casado ese diciembre, habría encontrado otra pareja y habría tenido la familia perfecta: esposo, hijos, casa, jardín, camioneta y hasta perro. Este pensamiento me encanta, porque como me veo ahora y en lo que me he convertido, quizás pueda encontrar mi final feliz, justo como lo estoy visualizando con este hubiera (claro con uno que otro cambio).


Como conclusión y lo repito una vez más porque creo que es el mensaje más importante de este post: por favor, no sólo te pido que te escuches, sino que siempre escuches a esa voz, tu voz, y hazle caso. Créeme, sabe mucho más de lo que tu crees, quiere lo mejor para ti, es quien mejor te conoce y es quien más te ama; te estas hablando a tí con el amor más grande y sincero que existe; sólo quiere lo mejor para tí. Hoy, si me pudiera dar un consejo a los 15 años me diría, ve por la vida como eres, porque eres maravillosa, quizás no perfecta, pero si maravillosa y toma muy en serio esa voz que de vez en cuando vas a escuchar, porque esa voz te quiere de verdad.


¡Muchas gracias por leerme, por esperarme, por estar! Ya sabes que me va a encantar leerte y que compartamos juntos nuestras experiencias, porque contando nuestras historias es cómo nos abrimos y dejamos que la magia suceda.


Si este post te ha gustado, regálame un like ♥️



Contando mi historia,

Monserrat




32 views1 comment

Recent Posts

See All
Post: Blog2_Post
bottom of page