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Fluye, Monserrat, Fluye

Para este post, tenia toda la intención de seguir con el tema de "Un Curso de Milagros" y hacerte el resumen o compartir contigo las citas que más me gustaron del libro "Un Curso de Milagros Fácil" de Alan Cohen; me tendrás que esperar tantito, será en otro post.


El post de hoy esta inspirado gracias al libro que recién terminé, "The Happiness Equation" de Neil Pasricha. Me decidí a contarte parte de mi historia actual. Bueno, este blog se llama "Cuenta Tu Historia" y hacia mucho que yo no te contaba la mia. ¿Estás listo para conocer lo que esta pasando por mi mente hoy, lo que estoy sintiendo, reflexionando, añorando?



Creo que ya te lo había comentado, el entender lo que significa tener fe lo comprendí, lo abracé y lo añoré y hasta creo que en algún momento lo viví al leer el libro de Gabrielle Bernstein "Conviértete en un superatractor". El "arte" de poder soltar todo y confiar completamente en Dios, en el Universo, en un Ser Superior, o como tú quieras llamarlo, me parece de lo más hermoso y a la vez de lo más difícil. Entender algo, no es lo mismo que vivirlo o aplicarlo. ¡Y vaya que estoy viviendo el conflicto de saber y aplicar!,...otra vez.


La enorme "desventaja" de estar "sola" es que tienes mucho, muchísimo tiempo para reflexionar y pensar en ti, en lo que te pasa, en como seguir recorriendo este camino de crecimiento personal. Leyendo "The Happiness Equation", encontré una cita del libro "Siddhartha" del maravilloso escritor alemán Herman Hesse que dice más o menos asi: "Qué podría decirte que sea de valor, excepto que quizás buscas demasiado, que como resultado de tu búsqueda no puedes encontrar." Inmediatamente después de leer esta cita, me vino a la cabeza el título para este post: Fluye, Monserrat, fluye.


La muerte de mi padre ha sido uno de los golpes mas duros de mi vida. Todo el balance y estabilidad que había encontrado desde la muerte de mi madre se perdió. De pronto me encontré en un mundo en el cual ya no tenía que demostrarle nada a nadie. En un mundo en donde ya no tenia que hacer las cosas para que alguien se sintiera orgulloso de mí. Un mundo que construí tratando de ser lo que se esperaba de mí. Y mi mundo se puso de cabeza. Poco a poco he intentado enderezarlo, pero definitivamente sigue de cabeza. No he encontrado ese balance y esa estabilidad que son tan necesarias para fluir. Desde entonces, he intentando encontrar un nuevo sentido a mi camino, un nuevo propósito, porque el que viví por casi 40 años desapareció al irse mi padre de este mundo.


Y desde hace ya casi cuatro años estoy buscando y buscando y buscando que justo lo que escribió Herman Hesse en su libro Siddhartha me hizo click inmediatamente; de tanto buscar y buscar no puedo encontrar. Estoy estancada en mi búsqueda y estoy viviendo en continua pelea conmigo misma. Exigiéndome demasiado y no viendo resultados. Y quizás si haya resultados, solo que no los puedo ver.


Y esta situación, obvio, me está trayendo muchos conflictos tanto en la vida personal como en la laboral. Simplemente sigo sin definir este nuevo yo que puedo ser. Esta maravillosa oportunidad de ser quien nací para ser me la esta regalando el destino y no sé qué hacer con ella; no sé como aprovecharla. ¿Has lo que te gusta?, ¿prueba nuevas cosas?, me aconsejan. Y dentro de mi cabeza retumba la respuesta: "no tengo la más mínima idea de lo que me gusta, no tengo la más mínima idea de qué me gustaría probar o intentar".


Y entonces me digo de nuevo: fluye, Monserrat, fluye. Y mi dialogo interno empieza:

- ¿Pero cómo fluir?

- Teniendo fe y dejando de controlar todo.

- ¿Y cómo dejo de controlar, cuando ni siquiera me doy cuenta de que estoy controlado?

¡Ajá! En esta conversación ha aparecido uno de mis patrones aprendidos, mi niña interior: mi afán por controlar todo. Esos patrones que no nos dejan a fluir porque están tan impregnados que nos parecen de lo más natural del universo, pero son los que nos detienen.


Gandhi dijo: "La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía." Hoy, muchos aspectos de mi vida no están en armonía, por lo tanto, no estoy siendo completamente feliz. Estoy viviendo altas y bajas. Otras veces refugiándome con nostalgias y añoranzas. Y muchas otras veces analizando el por qué de lo que me pasa y tratando de hacer las cosas de una mejor manera. Literal estoy viviendo una lucha continua interna.


Y aquí viene otro de mis patrones aprendidos e impregnado como mancha de chile guajillo en tupper: la exigencia. Soy muy, pero muy exigente conmigo (y también con las otras personas).

- ¿Cómo dejar de ser exigente conmigo? ¿Cómo identificar cuando estoy siendo exigente?

- Dándote un respiro y parando.


¡Ahí está! Juntos hemos encontrado mi círculo vicioso: me estoy exigiendo de tal forma encontrarme que estoy busque y busque y busque y por consecuencia me estoy perdiendo más que encontrándome. Además no sé que estoy buscando, porque no sé que es lo que en verdad quiero hacer. Y lo que creo que quiero, lo intento controlar para que suceda como yo quiero que suceda, como "debería" suceder porque estoy haciendo todo como se debería de hacer. Y además con la intención de demostrar que lo logré, ¿a quién?, pues quien sabe. Fluye, Monserrat, fluye....date un respiro, para y ten fe.


Bueno, el primer paso lo estoy dando con este post. Estoy aceptando mi círculo vicioso y me responsabilizo de esta situación. Voy, con mucho cariño, a frenar un poco. Voy a intentar no querer aplicar todo lo que leo y a exigirme hacer todo a la perfección. Me gustaría escribirte que voy a darme una pausa y leer mejor una novela, pero al terminar el libro de Neil Pasricha me motivó a leer el libro de Ikigai que tenia desde hace dos años en el librero.


Cuando salga a caminar, voy a dejar de escuchar podcasts o meditaciones y simplemente contemplar los sonidos de la naturaleza o escuchar lo que me ponga feliz, lo que me traiga buenos recuerdos, lo que me haga bailar. Cuando tome alguna acción esperando un resultado en particular, disfrutaré del proceso e intentaré olvidarme del resultado que quiero. Y cuando me empiece a ganar la ansiedad o la desesperación por no tener lo que quiero, recordaré que lo que en verdad quiero es lo mejor para mí y que eso me está esperando, solo hay que tener paciencia y creer que eso va a suceder. Seguir creciendo en fe.


Otra acción que tomaré para este fluir es ir a mi "happy place", ese lugar que siempre me hace feliz, que siempre me llena de sorpresas, donde puedo disfrutar de muchas cosas que me gustan: museos, comida, vino, buena compañía, risas, etc...a mediados de Junio estaré ahi. Esto me va ayudar a cargarme de alegría y a llenarme de mucha energía positiva.



No sé si con estas acciones voy a empezar a fluir más y dejar que el universo me ayude a encontrar mi nuevo camino, mi nuevo yo. Pero creo que vale la pena intentarlo, para entonces aprender a fluir y poder escribirte en otro post: Fluí, Monserrat fluyó.


No me queda más que agradecerte el que me hayas acompañado en esta pequeña crisis existencial. Como lo dije al principio del post, esto es parte de mi historia.


¡Muchas gracias por leerme! Espero tener muchos comentarios con otras experiencias o motivadores para encontrar mi Flow y fluir y saber que en este camino voy de la mano contigo.









Contando mi historia,

Monserrat


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