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¿Y nosotros?

Ella llegó temprano. Mientras lo esperaba, algo nerviosa por el reencuentro, recordaba lo que sucedió en una sesión de sus masajes para sanar todas aquellas emociones guardadas en el cuerpo - ¿en verdad fue él amor de mi vida, aún cuando nunca estuvimos juntos? - En esa sesión lo vio, lo agradeció y lo dejo ir...otra vez, o al menos así lo creyó. Dio un sorbo a su vaso con agua y lo vio llegar, lo reconoció de inmediato por su caminar, por su personalidad. Lo esperó paciente en la mesa, pero al escucharlo decir, - "‘ah!, ya la vi" -, se levanto para recibirlo con un abrazo.


Como siempre ha sido en sus últimos encuentros, hablaron de todo un poco, de lo bueno, de lo malo, del trabajo. En algún momento ella dejó de escucharlo para observarlo y le miró sus ojos claros, encantadores, hipnotizantes y pensó, - "¿por qué me pierdo en su mirada? Me hace sentir tanto, ¿se dará cuenta? ¿Sigue habiendo algo? ¡Qué pena que nunca fue!"- Y regresó a la plática sin expresar lo que había pasado por su mente, por su corazón y por todo su cuerpo.


Y de la nada, como queriendo dejarla ir, soltarla y verla feliz, él empezó a hablar con una sinceridad que ella no conocía: -"no me gusta verte sola, tienes tanto amor que dar que no me parece justo que estes sola. Busca a un hombre que te haga feliz y llénalo de todo lo que tienes que dar". - Sus ojos se enrojecieron y se vislumbraron un par de lágrimas que se quedaron en sus ojos. Ella al escuchar esto no supo qué decir, solo sintió ganas de llorar y pensaba - ¿por qué me dice eso, por qué hoy, por qué ahora? Seguramente él esta feliz, tranquilo, encontró su camino y desea que yo encuentre el mio. Me quiere dejar ir, ya se dio por vencido.-


Él siguió hablando y recordó lo sucedido y lo que no pasó. Sus ojos, seguían poniéndose rojos y se llenaban de lágrimas. - ¡Como no creer lo que esta diciendo! Sus ojos, estas reacciones no pueden fingirse así, nada más, ¿o sí? - pensó ella, y también sentía una enorme nostalgia por el recuerdo. Esta conversación tardó mucho en llegar, debió de haber sucedido hace más de 15 años. Por primera vez, pensó ella, - él me esta hablando con el corazón en la mano y me está diciendo lo que verdaderamente pasó. - Él la dejó ir. Él no lucho, sí, no solo no luchó por ella, no lucho por lo que él sentía y por lo que él quería. - "Me enamoré profundamente de ti. Tus ojos, tu sonrisa, todo lo que eres, en todo lo que te has convertido. Debí de haber insistido y lo que hice fue dar dos pasos atrás. Después de ese beso, pensé que tú no querías estar conmigo, yo esperaba algo más."- Mientras él se confesaba, ella empezó a tener muchos recuerdos, mil pensamientos y un puño de preguntas que aparecían en su mente a mil por hora - ¿y si hubiera luchado por mí, estaríamos hoy juntos? ¿Por qué carajos no me eligió, por qué me dejó ir si había y sentía tanto amor? ¿Por qué se dio por vencido sin ni siquiera intentarlo? ¿Tendría hoy una familia como era mi sueño? ¿Seríamos felices? Lo quiero. - "Para," - dijo ella, tratando de dejar de pensar y terminar con el sufrimiento, de ambos, esto no los llevaba a ningún lado - "soy solo una ilusión, no sabemos qué hubiera pasado con nosotros" -. Ella ya estaba tranquila, tenia la verdad que tanto había buscado. Él finalmente había dicho que fue él, el culpable de nunca haber estado juntos. Y ella sabe que la historia, no se puede cambiar y que los hubieras no existen y que las ilusiones siempre son mas bonitas que la realidad. En este encuentro, él no le prometió nada, no le pidió nada, solamente sacó lo que traía atorado en el corazón. No puede prometer, no quiere prometer nada. Él solo la quiere ver feliz.


Pero él siguió hablando y pasó lo que siempre pasa con ella, se enganchó de nuevo en su historia, creando ilusiones, soñando una vida a su lado y al escuchar su decisión de vivir una vida incompleta, resignada, sin tener a su lado al amor que siempre quiso y soñó, ella no pudo callar más y le pregunto: "¿y nosotros?" Su pregunta fue real y válida, no entendía cómo alguien que dice quererla se estaba resignando a no ser feliz y dejar ir la felicidad, a dejarla ir otra vez. Sin tener una promesa de su parte, algo de qué sostenerse y poder soñar y creer en algo real ella solo pudo preguntar "¿y nosotros?" No obtuvo respuesta alguna.


Sin embargo, ella se ilusionó otra vez solo con palabras, creando ilusiones y sueños, que son su especialidad, sin tener nada real en las manos, como siempre ha sido en la historia de estos dos. Una felicidad inmensa la inundó, literalmente una semana. Y la pregunta "¿y nosotros?" la acompaño durante esos siete días y todavía la tiene muy presente. - ¿Por qué hice esa pregunta? - piensa. La hizo porque creía que sí había un nosotros. Esperaba que hubiera un nosotros y que el amor, al final, en su historia, fuera quien ganara. Los primeros días de esa semana decidió luchar por ese "nosotros" mandando señales sutiles, esperando ver una reacción de su parte. Pero la reacción fue mínima. Si ella no hacia nada, él no hacia nada. Y asi, en siete días se dio cuenta que ese "¿y nosotros?", no existe. Que no hay y no habrá un nosotros. Lo que hay es un montón de sueños rotos, muchas ilusiones guardas en sus corazones y un tanto más de promesas incumplidas. Si hubiera habido un nosotros, estarían juntos desde hace un par de años cuando era posible, cuándo él se lo prometió, cuando él hizo planes que no cumplió. Ella le creyó y lo esperó, pero él simplemente no llegó. Entonces, ella se dio cuenta de un patrón que se repetía en esta relación, él nunca la elegía a ella, siempre la dejaba. Y con el gran amor que aprendió a tenerse a través de los años, ella decidió no ponerse otra vez en esa situación de sentirse no ser elegida.


Y se dijo: "No hay un nosotros y hoy soy yo quien no te elige a ti. Si el amor que sientes en verdad existe y es tan grande, creo que deberías ser tú, el que tendría que luchar y hacer lo imposible por estar a mi lado y luchar por vivir el amor que tanto añoras. Pero creo que tú ya tomaste tu decision y yo tengo que aceptarla y respetarla."


Hoy, ella está tranquila, abierta al amor de verdad. Y sí, se ilusionó y sí lo quiso y lo quiere mucho y sí le encantaría vivir lo que soñaron juntos y que todas sus ilusiones y sueños fueran realidad. Pero hoy no hay un nosotros. Él lo sabe, por eso no contestó la pregunta, por eso no prometió nada, por eso quiera verla feliz aunque no sea con él. Así lo decidió hace más de 15 años, no solo dando dos pasos atrás, sino desapareciendo. Ella ya obtuvo la verdad que necesitaba saber. Y ella finalmente en esta historia, se eligió a sí misma.


Esa tarde tarde se hicieron una promesa. Cambiaron el tema y finalmente se despidieron dejando todo en un abrazo, en un adios. ¿Y qué promesa se hicieron? Lo que se prometieron les pertenece solo a ellos dos y del futuro no se puede escribir, debe de llegar primero para después narrarlo; si esa promesa se cumple o no, era por que así tenia que ser. Ella, hoy, de él, no espera nada.


¡Gracias por leerme! Sabes que me alegraré muchísimo de leer tus comentarios o ver que este post te ha gustado al darle un like.





Contando mi historia,

Monserrat








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