Primero que todo quiero agradecer la maravillosa respuesta que recibí de ti y de todas las maravillosas personas que se tomaron el tiempo de leer mi último post, ¡muchas gracias! La decision de abrir este blog fue con la intención de contar mi historia, para compartir mi camino, para crecer a tu lado, para inspirarme e inspirarte y para recibir tus consejos. ¡Gracias!
Siguiendo el fluye, Monserrat, fluye, me decidí escribir una vez sobre mi historia actual y contarte detenidamente donde inició este nuevo principio en mi vida: El Principio del Principio. Ya llegará el momento de escribir sobre el libro de Alan Cohen, estoy segura. ¿Qué te parece si empezamos?
En mi vida tengo dos parteaguas, el primero fue la muerte de mi madre. En ese momento, a los 17 años se me derrumbó todo mi mundo. De los sentimientos y emociones, que más experimenté fueron la soledad, el miedo y desesperanza. Mi gran sentido de la vida se fue para siempre dejando un enorme vacío dentro de mi. Puedo decir, que en ese momento una parte de Monserrat se murió también. Pero como bien dicen, la vida sigue y mi vida siguió. Y por como se desenvolvieron las cosas y por decisiones que tomaron los adultos, aprendí a vivir sola-acompañada y la única manera que encontré para protegerme fue siendo fuerte, independiente, perfecta (para buscar la aprobación, aceptación, admiración y atención de todos a mi alrededor) y empecé a vivir en exigencia que hoy se traduce en tener expectativas muy altas para mi y para los demás.
Aún con esta gran perdida, mi vida tenía un sentido, honrar lo que mi madre siempre había querido de mi. Demostarle a mi padre que soy digna de atención y de cariño. Veía un futuro, tenía planes y sueños. Empecé a tomar decisiones pensando en los demás y no en mí. Entré a la universidad que quería y estudié lo que quise estudiar. La vida me regaló la oportunidad de empezar a trabajar muy rápido. En mi primer trabajo encontré a mi primer amor, el cual terminó en una enorme desilusión. Aprendí que es sentir que te mueres de amor y aprendí que de amor no se muere nadie. Después encontré, gracias a una de mis mejores amigas y de su esposo, mi camino en la tecnología. Y puedo decir, sin duda alguna, que esta ha sido la mejor época laboral de mi vida. Mi trabajo me gustaba, en verdad hacia una diferencia, la gente me quería y me respetaba; me sentía vista, admirada y querida. Y finalmente, conocí al que creí era mi príncipe azul y decidí dejar todo creyendo en el amor para siempre y que todo lo puede.
Y ese amor no lo pudo todo; ese amor, en mi historia no duró para siempre. Pero gracias a ese amor, inicié una vida en Europa, conocí a personas maravillosas, creé nuevas amistades que a lo largo de casi 11 años se han convertido en mi familia. En ese tiempo, mi trabajo me hacía completamente feliz. Creía que estaba haciendo una diferencia y que lo que hacia era importante. Por eso, después del divorcio decidí quedarme aquí, porque todo parecía estable, todo parecía estar en su lugar.
Y así como para sacudirme y decirme, "por ahi no es, hay algo más", llega a mi vida el siguiente parteaguas y lo podría definir hoy como el más fuerte de mi vida: la muerte de mi padre. Después de un mes de ir y venir, de creer y esperar que el final sería otro, mi papá decidió irse. Y a partir de este momento, dejé de encontrarme y mi búsqueda inició.
Esto se lo he compartido a muchas personas y hoy te lo comparto a ti. Creo que los padres son los dos pilares que te sujetan en la vida. Uno de mis pilares se fue muy pronto y a pesar de todo, yo me agarré del único pilar que me quedó. Ese pilar también se derrumbó y yo me quedé literal sin piso. El encontrar mi piso me ha costado mucho trabajo y mucho esfuerzo. Hoy me doy cuenta que esos dos pilares me formaron y me abrieron el camino. Ahora, es tiempo de caminar ese camino sujetándome de mis pilares de otra forma.
Después de la muerte de mi padre regresé a casa y todo cambió. Las cosas ya no se veían y ya no se sentían como antes. De pronto, mi trabajo que tanta ilusión me daba y que tanto me gustaba, me empezaba a parecer sin sentido. Cuando tomé otras responsabilidades y quise crecer por ese lado, no fue posible, porque no era el objetivo de la empresa crecer en ese sentido. Mi creencia de hacer una diferencia y de ser tomada en cuenta se convirtió en sentirme solo como la que hace lo que los otros quieren y dicen. Ahora me doy cuenta que esa necesidad de ser vista y apreciada la trasladé al trabajo y obvio nadie me veía como yo quería ser vista, porque yo tampoco me veo asi. Y acto seguido, me empecé a exigir más y más e intrínsecamente le exigía a los otros más y más. Solo quería que me vieran. Al final, mi cuerpo empezó a reaccionar. Tuve muchos problemas de salud: anemia, orzuelos, migrañas, agotamiento, enojo conmigo y con los demás, hasta que al final puse un punto final y decidí renunciar. Renuncié creyendo que así estaba fluyendo. Creí que si dejaba ese trabajo que no me hacía feliz, entonces, sería feliz y atraería al trabajo destinado para mí. Hoy no estoy segura si ese punto final fue el adecuado. Hoy creo que lo puse en el renglón incorrecto.
Creí que la vida entonces sería más fácil y que había encontrado mi nueva pasión y que debería de seguir mi sueño. Siguiendo mi sueño hice dos mini diplomados y aplicando todas las técnicas del libro "Convierte en un Superatractor" creí haber encontrado el trabajo de mis sueños. Lo que no esperaba era todo lo que el destino me tenía preparado.
Creo que no hay persona alguna que no entre motivado a un nuevo trabajo. Yo estaba feliz y agradecida. Y como soy, decidida a dar el 200% en mis actividades, en dar resultados de inmediato, en crear, hacer, moverme, demostrar. Pero por primera vez mi forma de ser, mi forma de trabajar fue puesta en entre dicho.
Hoy creo que tuve una suerte inmensa en todos mis trabajos anteriores, en donde mis jefes siempre me dejaron hacer; yo lo traduzco a que me tenían confianza. Me daban su idea o el proyecto o la tarea y yo sabia mis "deadlines" y lo cumplía a la "perfección". Hoy agradezco que mis jefes siempre me dejaron hacer un "job crafting", dándome la libertad de diseñar mi puesto y dejarme hacerlo tan grande o tan extenso como me yo lo imaginaba o como yo lo quería. Tenia las metas claras, pero yo siempre veía algo más que hacer, algo más que mejorar, que crear, que ofrecer y siempre lo pude hacer.
Hoy no es así. Me siento controlada y para nada libre de poder crear y de poder "hacer mi puesto a mi manera". Me siento como una niña de cinco años que tiene que pedir permiso para mandar un correo o para tomar una acción. Todo lo tengo que poner a consideración de todos y todos pueden decir, hacer y deshacer mi proyecto. Después de ser "libre", de poder tomar decisiones, de poder crear mi propio puesto, estoy en un lugar donde tomar decisiones y actuar rápido es mas una desventaja que ventaja. A los tres meses de empezar a trabajar mi motivación disminuyó considerablemente. A los cinco meses deciden hacer un cambio estructural que no me pareció justo para mi. Y a los 9 meses me cambian de jefe y ella y yo somos, pensamos y trabajamos de tan diferente manera que simplemente no nos entendemos. Creo que no soy un buen fit para el equipo y pero me niego a creer que no soy un buen fit para la empresa. Pero el punto importante es que, otra vez, no soy feliz.
Y todo lo anterior ha sucedido en medio de una pandemia. Una pandemia que, sí, sé, ha sido muy difícil para familias o parejas, pero también ha sido muy difícil para las personas que vivimos solas. Al final, creo que esta pandemia ha afecto a todos de una u otra manera. Nadie se ha salvado.
Y como estoy contando mi historia, pues te cuento como estoy viviendo la pandemia yo. Aún estando en confinamiento, había la libertad de poder reunirse, de manera limitada, pero la posibilidad existía. Pero muchos de mis amigos decidieron mejor no reunirse para cuidarse y evitar contagios. Lo cual lo entiendes. Otros, dejaron de saludarte "normal", "como amigos" para evitar el riesgo de contagiarse.
Todos mis amigos aquí tienen una familia o al menos una pareja; lo cual hace, lógicamente, en una situación normal, el reunirse un poco más difícil, ya que hay otros compromisos por los niños, por la pareja y pues no es tan fácil verte con alguien. Y aunque eso no me afectaba antes, digo al final había vida social yendo al trabajo durante la semana, el estar sola-acompañada el fin de semana no se sentía tanto, pero ahora sí, porque ahora estoy sola-acompañada de lunes a domingo.
Entonces, si de pronto sucede algo en el trabajo que me entristece o me enoja o me desespera, pues me quedo con el enojo, la tristeza o la desesperación porque no lo puedo compartir con alguien en el preciso momento, ni a la hora de la comida, ni a la hora de la cena. Como se lo dije a una muy buena amiga: "mira, si a ti te pasa algo, pues bien o mal tienes a tu hija o a tu pareja, que sabes que van a estar ahi, para ti, en ese momento, eso, yo no lo tengo, yo estoy aquí sola. Yo estoy 24x7 conmigo y solo me tengo a mi para solucionar mis problemas o sacar mis emociones."
Entonces, entre mi búsqueda de sentido en la vida, de saber qué es lo que me llena, lo que me hace feliz y la pandemia, no ha sido un buen momento para mi. El estar solo conmigo 24x7 me ha llevado a pensar de más, a desgastarme más, a entrar y a salir de crisis; pero también me dio la motivación de iniciar este blog, de buscar mi base, teniendo más contacto con mis amigos de siempre, de saberme tan acompañada y querida y de haber encontrado a una coach maravillosa que me está ayudando a moverme en donde andaba atascada.
También estoy buscando un nuevo trabajo. Literal estoy abierta a trabajar en donde sea. Alguna vez se me dijo que yo soy una persona que necesita cambios en la vida, por eso estoy buscando una nueva oportunidad aquí, en el resto de Europa, en Estados Unidos, en Asia y en México.
Para encontrar mi equilibrio, estoy haciendo sesiones de yoga especificas para mejorar el balance. Creo que si mi cuerpo encuentra ese equilibrio, mi alma encontrará más fácilmente el suyo.
El poder hacer toda esta reflexion y el poder compartirla contigo ha sido gracias a toda mi situación actual. La cual no la veo de manera negativa, ni la comparto como una queja. Todo esto lo estoy viendo como la gran oportunidad que tengo de re-descubirirme y de volver a brillar para compartir ese brillo contigo y poder iluminar a muchas más personas. Con el corazón en la mano te quise compartir dónde y cuándo fue mi prinicipio, dando paso a mi nuevo principio que sé, será ser la mejor version de mi, lo que he venido a ser, sintiéndome plena e inspirada a inspirar. Y este paso lo estoy dando junto contigo y estoy segura que tarde o temprano aquello que me hará ilusionarme nuevamente está más cerca de lo que lo veo hoy.
¡Muchas gracias por leerme y por quitarme ese sentimiento de estar sola-acompañada! Tus palabras, tus consejos, tus experiencias no solo me van a ayudar y motivar a mi, sino que serán ayuda y motivación para todos los que leen este blog. Por favor, deja tus comentarios aquí abajo y si este post te ha gustado, dale clic al corazoncito. ¡Gracias por ser parte de Cuenta Tu Historia y por dejarme contarte la mía!
Contando mi historia,
Monserrat
Hola, me llamo Sonia vivo en la cdmx, surfeando en la red te encontré y me puse a leerte. De alguna manera, me sentí identificada contigo por tu reflexión y análisis de vida. Aunque vivimos situaciones distintas ahora con la pandemia, algo en nuestro interior nos grita sigue, y sí, concuerdo contigo en que los padres son los pilares de la vida, pero verás que pilar tan fuerte serás tú. Te pondré un tag para no perderte y seguirte leyendo. Saludos